Alimentación durante el tratamiento del cáncer de mama
El cáncer de mama engloba todos aquellos cánceres que se originan en las diferentes partes de la mama. El tipo de cáncer de mama dependerá de qué células de la mama se vuelvan cancerosas. Esto ocurre casi exclusivamente en mujeres, pero también puede aparecer en hombres.
A pesar de que cada caso es diferente y que la tolerancia al tratamiento depende de varios factores (características individuales, dosis administrada, etc.), las personas afectadas pueden experimentar diferentes efectos secundarios. Entre otros, el tratamiento del cáncer de mama puede suponer un aumento de peso, básicamente debido al desorden hormonal que provoca el tratamiento y a la retención de líquidos.

Las prioridades alimentarias durante el tratamiento del cáncer de mama son mantener un peso adecuado y un buen estado nutricional para hacer frente a la enfermedad y recuperarse de la mejor forma.

Además de seguir las “Recomendaciones generales sobre alimentación durante el tratamiento del cáncer”, en el cáncer de mama hay que reforzar y considerar:

  • Consultar la adecuación del consumo de soja, sus derivados y aquellos productos que la contienen como ingrediente principal, desde la soja como legumbre, la bebida vegetal de soja, el tofu, etc. La soja o los suplementos de isoflavonas, en algunos casos concretos, podrían competir con los fármacos que modulan los receptores estrogénicos, por lo que será necesario consultar siempre al oncólogo referente en cada caso concreto. Este consejo solo es aplicable a los alimentos a base de soja y no a aquellos productos que contienen trazas de soja o componentes que se utilizan como aditivos.
  • Limitar los alimentos con un elevado contenido en grasa, sal y también azúcar. En el cáncer de mama es frecuente que se dé un aumento del peso durante el tratamiento, aunque la ingesta de alimentos sea inferior a lo habitual. Se recomienda limitar el consumo de comidas precocinadas, bollería industrial, dulces, refrescos azucarados o snacks muy salados, ya que aportan menos nutrientes imprescindibles y a su vez más energía, lo que podría contribuir al aumento de peso.
  • Verificar si existe alguna interacción alimento-medicamento. En este tipo de cáncer se han descrito posibles interacciones con plantas y hierbas, como la equinácea, el hipérico, el aceite de onagro, la valeriana o las semillas de uva, y también con alimentos como el pomelo y su zumo, y las bebidas alcohólicas. Estas interacciones podrían darse según el tratamiento prescrito, por lo que será necesario consultar siempre al especialista cada caso concreto.
  • Adaptar la alimentación a los posibles efectos secundarios o síntomas derivados del tratamiento a partir de las siguientes recomendaciones dietético-culinarias para cada uno de ellos.
Efectos secundarios y síntomas más frecuentes