Hacen referencia al aumento de los niveles de glucosa en sangre y pueden darse como consecuencia del efecto directo de la terapia hormonal en la sensibilidad de la insulina, la hormona encargada de que el azúcar entre en las células. Cuando se reduce esta sensibilidad, las células no son capaces de asimilar el azúcar, y este se acumula en sangre. Si la situación persiste, puede desencadenar una diabetes de tipo 2. Las hiperglucemias se pueden tratar y prevenir con hábitos alimentarios saludables y actividad física regular, y con unas recomendaciones similares a las recomendaciones de alimentación saludable para la población general. Sin embargo, será preciso conocer la composición de los alimentos, en especial de aquellos que son fuente de hidratos de carbono –y, por lo tanto, de azúcar–, el nutriente con efecto más directo sobre los niveles de glucosa en sangre.
Basada en alimentos frescos y mínimamente procesados, priorizando los alimentos de origen vegetal, ajustada en alimentos de origen animal y limitada en grasas saturadas, azúcares y alcohol.
Los alimentos que se encuentran entre los tonos verdes son los de consumo más libre, ya que su impacto en la glucosa es muy bajo. Los que se encuentran en la franja amarilla son lo que se deben consumir en la cantidad y frecuencia indicadas por el especialista. El resto (naranja y rojo) deberían ser de consumo controlado.
Seguir un esquema de alimentación basado en el método del plato, tanto para las comidas como para las cenas, para controlar la cantidad de hidratos de carbono consumidos. Dividiremos el plato por la mitad: una mitad debe ser siempre a base de vegetales y la otra mitad, con los alimentos farináceos y los proteicos. Con este método podemos preparar platos únicos, platos combinados, un primer y un segundo plato o una combinación de platos pequeños.
La fibra ayuda a que la absorción de la glucosa sea más lenta.
Incluir pescado azul un mínimo de dos veces por semana.
Un puñado de frutos secos (avellanas, almendras, nueces) es una buena opción como tentempié o para picar entre horas, ya que casi no tienen efecto sobre la glucemia.
Aunque la recomendación indica priorizar los alimentos frescos y mínimamente procesados, si se consumen alimentos procesados, es importante conocer la cantidad de azúcar que aportan a través de su etiquetado nutricional.
La cantidad específica de hidratos de carbono para cada persona depende de factores como la edad, el peso, la talla, la medicación, el nivel de actividad física… Por ello, el especialista médico o dietista-nutricionista indicará la cantidad y distribución diaria de los hidratos de carbono de la alimentación.
La hiperglucemia es un síntoma que suele aparecer junto con la hipertensión y la hiperlipidemia. Este fenómeno se denomina síndrome metabólico, y deberán considerarse diferentes aspectos conjuntamente para asegurar una alimentación adecuada.
Menú orientativo en caso de hiperlipidemia, hipertensión y niveles altos de glucosa en sangre Aparecen en cursiva aquellos alimentos y preparaciones más ricos en hidratos de carbono, por lo que su cantidad se deberá controlar y adaptar a la pauta individual.
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