Náuseas y vómitos

Las náuseas pueden provocar sensaciones desagradables en el estómago, producir arcadas y, a su vez, favorecer el vómito. Los vómitos se generan por las contracciones fuertes de los músculos del estómago, que hacen que el contenido de este suba. Pueden ser consecuencia de algunos de los fármacos utilizados durante la quimioterapia y suelen durar unos días.
La intensidad, la frecuencia y el momento de la aparición de las náuseas o vómitos son variables e individuales, dependen de muchos factores, como los fármacos usados, la dosis y la susceptibilidad individual.

¿QUÉ TE RECOMENDAMOS?

Se recomienda respirar profunda y lentamente, y esperar a que disminuya el malestar antes de comer nada.

Durante la comida puede ser útil dejar la ventana abierta para que entre aire fresco o utilizar un ventilador, para reducir los olores y favorecer la sensación de frescor.

Estar sentado o recostado con la sección superior del cuerpo recta hasta una hora después de las comidas puede ayudar.

  • En especial durante los días en que los vómitos son frecuentes.
  • En algunas ocasiones las bebidas gaseosas pueden disminuir la sensación de náuseas (agua con gas, las bebidas de cola o ginger-ale…)
  • Los helados de hielo y las gelatinas también pueden ser una buena opción para ayudar a hidratarse.
  • Es preferible no beber durante las comidas, ya que ello favorece la sensación de saciedad o hinchazón.

  • Escoger carnes blancas, embutidos magros o pescado blanco.
  • Evitar las cocciones que generan más humos y olores, como los fritos, los salteados o los alimentos a la plancha a alta temperatura. Los alimentos fritos, aparte de que desprenden un olor más fuerte que puede ser molesto, también son más difíciles de digerir y pueden provocar más náuseas.
  • Utilizar técnicas de cocción suaves para que los platos sean de mejor digestión, como al vapor, los hervidos o la plancha a baja temperatura.
  • Si los olores molestan mucho, evitar la col o la coliflor, y cocinar de forma que se generen pocos humos y olores, como la cocción al papillote, al microondas, alimentos hervidos o marinados, evitando los fritos o la plancha a alta temperatura.

Obviar algunas salsas, hierbas aromáticas, especias picantes, etc., porque pueden favorecer las náuseas.

Se ha observado que pueden tener un efecto calmante de las náuseas. Se puede añadir jengibre o menta, ya sea fresco o en polvo, a las infusiones, los cubitos, las gelatinas, los helados, las palomitas o encima de alimentos como el pan, las ensaladas, la pasta o dentro de platos ya cocinados.

Normalmente, los alimentos secos se toleran mejor. Por ejemplo: tostadas, galletas saladas, palitos de pan, tortitas de arroz y de maíz, frutos secos, chips de plátano, coco seco, etc.

Estas desprenden menos olor que las calientes, por lo que es posible que apetezcan o se toleren más: ensaladas de pasta, bocadillos, sopas y cremas frías, helados caseros, etc.

  • Intentar mantener la ingesta de líquidos con agua fresca a pequeños tragos cada diez o quince minutos.
  • Procurar introducir alimentos secos, puesto que se toleran mejor (pan, tostadas, galletas saladas, palitos, etc.).
  • Probar con una dieta de digestión fácil (preferiblemente con alimentos cocidos y suaves) y elegir siempre técnicas como el vapor o el hervido para cocinar los alimentos.
  • Si se ha estado vomitando durante dos días seguidos, hay que ponerse en contacto con el médico referente.