Se llama disgeusia y hace referencia a la percepción de gustos desagradables, metálicos o amargos en los alimentos y elaboraciones.
Muchas veces el mal gusto de los alimentos se acentúa cuando no se cumple lo esperado de un plato; si se preparan platos distintos que nunca se han probado, se minimiza el efecto de la expectativa y se pueden tolerar mejor los gustos extraños. Es una oportunidad para conocer nuevas culturas alimentarias y elegir preparaciones especiadas, atractivas, pero fáciles de preparar.
Para asegurarse de que comiendo tipos de tapas se incorporan los nutrientes necesarios, se recomienda partir de la proporción del método del plato.